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Te tengo entre mis ojos,
dormida en el profundo
manantial de mi memoria,
callada, silenciosa, muda,
y velo tus sueños que son sueños bellos.
Y ahora eres carne
que mi carne aguarda,
y luego eres humo
que busca evadirse
mezclado en el éter,
que es no ser nada.
Ahora eres cierta
como una herida,
cicatriz dolorosa
y persistente,
luego eres ilusión,
sólo un murmullo,
leve rumor, una promesa.
Ahora te siento
nutriendo mi cuerpo
y eres el pasto que ansían mis venas,
luego presiento
que eres compañía,
cercana amante
para mis tardes tibias,
para mis noches frías,
para espantar al monstruo
que es mi agonía,
y al que hoy llamo tristeza,
mañana...melancolía.
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viernes, 1 de mayo de 2009
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2 comentarios:
bonito poema, no lo entiendo mucho, pero me gusta como suena.
suena a melancolía, quieres expresar más de lo que dices. me gusto!!!
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