Persigo el eco ausente
de tus pasos
y me pierdo en galerías
transidas de luz
y aun de coraje
Te busco en el baúl
de mis mitos y mis héroes
y no te hallo,
dormida como estás
y transmutada en ninfa,
sílfide leve,
reposas en la flor de mi memoria,
diario acontecer que te recoge
y te comparte
Ausente y, sin embargo,
nos nutres del calor perenne
de tus ojos, voracidad del recuerdo,
del aliento de tus labios,
hecho brisa en nuestra alma,
de la tersura de tus manos,
caricia eternamente nuestra
Escapaste de todo
y, al cabo,
sigues en nosotros
prisionera.
.

