.
Despedirnos
arrastrando las horas
como una envoltura muerta,
vorágine de adioses
y soledades,
génesis de la nostalgia
donde instantes mágicos,
y lúdicos, y trágicos,
pueblan la memoria,
herida abierta al amigo y al amor,
perdida ya la inocencia
de un primer ¡ te quiero!
Y un primer ¡ adiós !
.
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